Nanomedicina aplicada al cáncer

Los investigadores del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular del Instituto Leloir sostienen que se trata de una gran oportunidad para mejorar las estrategias terapéuticas

Se puede considerar a la nanotecnología como la disciplina que manipula la materia en la escala nanométrica. Esto quiere decir, a nivel de sus átomos o moléculas, los cuales poseen un tamaño tan pequeño que sólo pueden visualizarse con microscopios muy sofisticados. Lo atractivo de trabajar en esta pequeña escala, es que muchas propiedades de los materiales pueden cambiar y por lo tanto se abre un abanico de nuevas posibilidades y aplicaciones antes impensadas.

La nanomedicina consiste en la aplicación de los conocimientos y herramientas de la nanotecnología para intentar mejorar la salud humana incluyendo la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. Es un campo de acción complejo, donde el éxito sólo es posible a través de una intensa interacción entre expertos de diferentes disciplinas.

En el área del cáncer la nanomedicina representa una gran oportunidad para mejorar las estrategias terapéuticas actuales o bien lograr nuevos abordajes. Mediante nanomedicina es posible lograr que ciertas drogas anticancerígenas lleguen adecuadamente al tumor y al hacerlo de una manera más específica sean menos tóxicas para los tejidos sanos. Además, al lograrse una mayor selectividad, se puede reducir la dosis de quimioterapéutico que debe recibir el paciente. 

Por otro lado, es posible generar nanopartículas que contengan varios medicamentos juntos y por lo tanto atacar al tumor desde diferentes frentes. Actualmente, numerosos compuestos basados en nanotecnología han logrado llegar con éxito al mercado farmacéutico y son parte del arsenal de tratamientos. En el Laboratorio de Terapia Molecular y Celular de la Fundación Instituto Leloir, trabajamos en el desarrollo de nanopartículas liposomales en cuyo interior incorporamos moléculas de ADN que al ingresar a las células tumorales puedan generar un efecto tóxico y destruirlas. Además, buscamos que este efecto sea selectivo y no genere daño al tejido sano. Para ello “decoramos” la superficie de nuestras partículas con anticuerpos que van a reconocen moléculas presentes específicamente en la célula maligna. Si bien aún son muchos los desafíos y las limitaciones en el área de la nanomedicina, representa sin dudas uno de los enfoques más prometedores en el desarrollo de nuevas terapias contra el cáncer.

 

 

FUENTE: María Elena Iezzi, Investigadora del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular del Instituto Leloir

 

 

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