Nos emociona comprobar una vez más que la solidaridad es capaz de superar todo tipo de fronteras.
Desde hace mucho tiempo en la oficina de AFULIC nos veíamos en la necesidad de contar con otra computadora para poder desarrollar las tareas de comunicación, diseño, difusión y administración de la organización.
Entre esas sorpresas inesperadas que rompen con la cotidianidad y los quehaceres de cada día, un llamado telefónico desde Buenos Aires nos anunciaba la pasada semana que íbamos a recibir ayuda para materializar este anhelo institucional.
María, una bonaerense que leyó el Diario La Nación, se puso al corriente de nuestra carencia. Sin conocernos y también sin dudarlo, ella realizó la compra de una nueva PC y nos la donó para que podamos desempeñar nuestro trabajo en mejores condiciones. Valoramos el enorme y desinteresado gesto de María como así también el espacio cedido desde los Clasificados Solidarios del Diario La Nación, y alentamos estas maravillosas cadenas de favores que actúan como puentes conectando necesidades y generosidades de puntos geográficos inesperados.
Tenemos la certeza que la solidaridad engendra más solidaridad y en este caso, esta enorme mano que se nos ha echado, no sólo impacta positivamente en nuestro trabajo sino en todas las personas a las que ayudamos haciéndolo.
Felices nos disponemos a trabajar con nuestro nuevo utilitario deseando que se multipliquen las Marías con corazones inmensamente solidarios.